Existen dos segmentos de la industria de las pinturas y pigmentos en los que entran en juego las explosiones. Los fabricantes de pinturas en polvo utilizan molinos de chorro para disparar el material a alta velocidad, desintegrarlo y pasarlo a receptores de filtrado, tolvas de almacenamiento, recolectores de polvo y separadores ciclónicos. Los usuarios de pintura en polvo la aplican a productos metálicos en cabinas de pintura, un proceso que puede producir explosiones instantáneas. También se pueden producir explosiones agresivas o que estas se propaguen a los recolectores de polvo y separadores ciclónicos que normalmente se encuentran en el centro del interior de la planta, lo que provoca que la ventilación de la explosión sea inviable.