La industria de la alimentación y los cereales produce grandes cantidades de polvo de combustible. Además, los productos implicados en el procesamiento (almidones y azúcares, por ejemplo) en partículas finas constituyen una amenaza constante de explosión. Los valores de KST varían en un espectro completo. También existen especiales desafíos para los sistemas de protección contra explosiones que deben ser instalados de acuerdo con prácticas de instalación especiales para cumplir los requisitos sanitarios para productos, como aditivos alimentarios y leche en polvo.